Nos interesa que los niños y niñas quieran aprender y que se sientan felices aprendiendo: que quieran volver a la escuela cada día, que sientan que este es un lugar seguro en el que son respetados por sus pares y por los adultos a cargo. Entendemos el juego como contexto básico del aprendizaje de los niños, que los conecta con su inclinación natural a comprender, participar y disfrutar.
Desterraremos las prácticas escolarizantes que vulneran los derechos de los niños y niñas. El equipo pedagógico valorará a cada niño o niña, independientemente de su edad y sus particularidades corporales, cognitivas, culturales, de personalidad y de cualquier otro tipo, como una persona con un potencial infinito para aprender y desarrollarse. Por eso se explorarán diversas estrategias metodológicas, según los intereses, necesidades y ritmos de aprendizaje de cada estudiante.
